martes, 24 de abril de 2012

PODER, AUTORIDAD Y LEGITIMIDAD


Instituto de Educación Media “Dr. Arturo Oñativia”
Material de la Cátedra de Ciencia Política.
Curso: 6 º Año.
Prof. José Ramón Astorga López
Auxiliar docente: Juan Carlos Lorenzo
Año: 2.012
PODER, AUTORIDAD Y LEGITIMIDAD
Según  Giovanni Sartori, el gobierno es el lugar donde se toman decisiones, y  a partir del cual se ejercen. El acuerdo tácito en torno a que el gobierno es un espacio, un “locus” determinado, permite entenderlo como el centro desde el cual se ejerce el poder. Desde la política, el gobierno es el espacio por excelencia donde se desarrolla esta actividad, el ámbito sin el cual parece difìcil pensar la dimensiòn propia de lo político.
El concepto de gobierno esta relacionado con las nociones de poder, autoridad y legitimidad.  Régimen político alude tanto al conjunto de las instituciones que regulan la lucha por el poder, como a los valores que animan a tales instituciones; el régimen político implica una síntesis entre poder y autoridad. Si bien el poder político es asociado generalmente con el ejercicio de la coacción y con la capacidad de de ordenar y de imponer sanciones respaldado por el monopolio legal de la fuerza, esta lectura es insuficiente ya que no permite explicar los motivos que contribuyen  a que una sociedad  política se mantenga unida, ni tampoco las razones por las que sus miembros obedecen a las directivas de los que mandan.
Los procedimientos políticos no son únicamente procedimientos de “poder”, ya que el vínculo de unión de las sociedades políticas no radica en el mando, sino en algo muy distinto que puede designarse como obligación política. ¿Qué se entiende por obligación política?, ¿què es lo que hace que una socidad se mantenga unida y que el pueblo obedezca las directivas de los que mandan?  La obligación política sólo puede comprenderse a la luz de otros dos conceptos, con los que se encuentra estrechamente ligada: autoridad y legitimidad.
 ¿Qué  es el poder político? En primer lugar, es necesario aclarar què es una acción social y qué tipo de acción social resulta tìpica de las relaciones de poder. Max Weber ofrece la definiciòn más influyente de poder político conectándola a su propia idea de lo que es  una acción teleológica o estratégica.
Weber define la acciòn estratègica como aquella en la que el actor : 1) define el fin que quiere o le interesa alcanzar y 2) combina e instrumenta los medios que son necesarios o eficientes en la consecuciòn de aquel fin.  Al  tratarse de una acción social, el actor para la consecución de sus fines ha de incidir sobre la voluntad y el comportamiento de otros actores. Y es asì como se desemboca en la idea de poder. El actor estratègico dispone los medios de tal forma que el resto de los actores se comporten, por medio de amenazas o de la persuasiòn, de manera favorable al éxito de su acción.
Weber define el poder como la posibilidad de que un actor en una relación esté en disposición de llevar a cabo su propia voluntad, pese a la resistencia de los otros, y sin que importe por el momento en qué descanse esa posibilidad (en la persuasión,en la manipulación, en la fuerza, en la coacción,etc.). El poder sería la posibilidad de obtener obediencia incluso contra la resistencia de los demás.
En tanto el poder impone y ordena, la autoridad apela .La autoridad sería el espacio institucionalizado del poder y conduciría a una diferenciaciòn ente gobernantes y gobernados, los que mandan y los que obedecen y asì se produce la estabilizaciòn de determinados roles y status en la sociedad.  La autoridad hace referencia a la rutinización de la obediencia y a su conexión con  los valores y creencias que sirven de apoyo al sistema político de que se trate.La autoridad se trata de una “influencia” que deviene de una investidura espontánea, y se caracteriza por su capacidad para ser oída.
El poder y la autoridad son simétricos, ya que el poder sin autoridad es opresivo o impotente, e inveresamente proporcionales, ya que son dos caras de una misma moneda: cuando menor sea el alcance de la autoridad, mayor deberá  ser el poder y viceversa. De este modo, la autoridad puede ser definida como una forma de poder basada en el prestigio, la deferencia  o la influencia moral, y deja de ser tal en la medida en que intente imponerla por la fuerza.
Mientras el poder constituye simplemente una relación de hecho e implica la poibilidad de controlar, mediante la capacidad de imponer sanciones, las decisiones o acciones de las personas y los grupos sociales, la autoridad implica una relaciòn legìtima de dominio y de subordinación. De este modo, al tratarse de una relación legítima, la desobediencia a los imperativos de la autoridad puede ser castigada con sanciones; de ahì la importancia del sistema jurídico para garantizar el ejercicio efectivo de la autoridad.
En su anàlisis sobre el poder, Weber aceptaba que toda autoridad polìtica descansaba en definitiva en  la fuerza, pero simultàneamente advertìa que esa fuerza debìa ser reconocida como legìtima, para que un règimen polìtico pudiera funcionar: “A toda autèntica relaciòn de poder corresponde un mìnimo de voluntad de obedecer, es decir,un interès( interno o  externo) de obediencia.”
Esto nos lleva a preguntarnos , ¿qué es la legitimidad?;  Weber  sostiene que legìtimo es aquello que las personas creen legítimo. La obediencia se obtiene sin recurso a la fuerza cuando el mandato hace referncia a algún valor o creencia comunmente aceptado y que forma parte del consenso del grupo. Por ello no extraña que los primeros tipos de legitimidad que encontramos en la historia hagan referencia a los valores religiosos de las comunidades; por ejemplo, la idea de origen divino de la autoridad, en la que se considera al rey o a un emperador como hijo de dios o algo similar, lo que supone que la autoridad tiene un vínculo de sangre con el/los que ordenan el universo.
Max Weber distingue tres tipos de autoridad legítima:
1)La legitimidad tradicional: que apela a la creencia en la “santidad” o corrección de las tradiciones inmemoriales de una comunidad como fundamento del poder y la autoridad y que señala como gobiernos legítimos a aquellos que se ejercen bajo el influjo de esos valores tradicionales (la legitimidad monárquica sería el ejemplo evidente de este tipo de legitimidad).
2)La legitimidad carismática: que apela a la creencia en las excepcionales cualidades de heroísmo o de carácter de una persona individual y del orden normativo revelado u ordenado por ella, considerando como dignos de obediencia los mandatos procedentes de esa persona o ese orden (la autoridad de líderes y profetas tan distintos como Gandhi, Mussolini,etc.).
3)La legitimidad legal- racional: que apela a la creencia en la legalidad y los procedimientos racionales como justificación del orden político y considera dignos de obediencia a aquellos que han sido elevados a la autoridad de acuerdo con esas reglas y esas leyes. De este modo, la obediencia no se prestaría a personas concretas, sino a las leyes (cuando el liberalismo sostuvo la idea de “gobierno de las leyes, no de hombres”, lo hizo siguiendo este tipo de legitimidad).
En el Estado moderno la legitimidad  se basa en el derecho racional, el cual está compuesto por un conjunto de normas provenientes del derecho romano;  la existencia de este conjunto de normas hace posible que se obedezcan las ordenaciones impersonales objetivas que son legalmente establecidas, evitando la utilización de criterios arbitrarios en base a las relaciones personales. Para Max Weber el tipo más puro de dominación legal- racional es el que se ejerce a través de un cuerpo administrativo burocrático.
Las críticas: según Alberto Lettieri, la autoridad carismàtica es intrínsecamente inestable, ya que la fuente y el agente de la autoridad son idénticos, lo cual condiciona la duración a su éxito constante. Todo fracaso de los agentes del sistema, significa un fracaso del sistema mismo, ya que la legitimidad del régimen descansa sobre las acciones del jefe y de sus agentes. Por consiguiente, resulta indispensable que, con el paso del tiempo, este elemento carismático se reduzca lo más posible, acercándose a los otros tipos de autoridad y que las cualidades del líder carismático tiendan a ser transferidas a un texto constitucional, buscándose a través de esa operación estabilizar y garantizar la reproducción pacífica del régimen.
La autoridad legal- racional también presenta deficiencias: por ejemplo, el hecho de la reducción de la legitimidad a la pura legalidad. Esto es, la legitimidad de una decisión o de una autoridad se reducen a la creencia en el procedimiento (legal) con el que esta decisión se adoptó, o esa autoridad se eligió. Nos hallamos ante una legitimidad de origen puramente legal. Del mismo modo, la legitimidad de ejercicio de la autoridad en cuestión, se reduce a su cumplimiento escrupuloso de la legalidad en el ejercicio del poder.
Sin negar estos componentes centrales en cualquier autoridad legítima en el contexto de los Estados democráticos y de derecho, no es menos cierto que una visión tan estrecha de la legitimidad elimina cualquier consideración sobre la legitimidad material (por ejemplo, en relación a la justicia social o al interés común de los gobernados). Tampoco  permite considerar ilegítima a una autoridad que ha conseguido reconocimiento mediante la manipulación, a la que han dado una apariencia de legalidad.
Pero es necesario señalar que inmediatamente después de sostener que todo régimen político descansaba sobre una combinación de estos tipos básicos, Weber puntualizó que estos tipos de autoridad eran modelos o tipos-ideales, que no representaban ningún sistema existente en la realidad histórica.
Para finalizar, la legitimidad del gobierno puede analizarse también a partir de sus dimensiones. En primer lugar, la dimensión genética que está relacionada con la forma en que los gobernantes acceden al poder. Los gobernados prestan obediencia al reconocer como legítimos los medios de acceso a los cargos de gobierno, por lo que aquí no interesa la naturaleza de los mecanismos, sino su aprobación o no por parte de la sociedad.  En segundo lugar, la legitimidad por resultados o de ejercicio, se encuentra relacionada con la capacidad de tomar e implementar decisiones, con el nivel de eficacia y eficiencia que un gobierno sea capaz de demostrar. Dos aspectos centrales de este tipo de legitimidad: el grado de capacidad que un gobierno tenga para dar respuestas satisfactorias a las demandas de la comunidad, y el grado en que la sociedad perciba que no se violan sus valores básicos. En tercer lugar, la dimensión ligada a la legalidad, que guarda estrecha relación con el tipo puro de legitimidad legal- racional que sostuvo Max Weber.  Este tipo de legitimidad se expresa jurídicamente. Por último, Deutsch agrega otra dimensión denominada legitimidad por representación. El consenso reside en la identificación de los representados con sus representantes, y en tal sentido las decisiones adoptadas por estos últimos serán vistas como propias y consecuentemente legítimas.
En resumen, la legitimidad se presenta como un concepto relativo que suele cambiar conforme lo hacen los distintos contextos históricos.