Instituto de
Educación Media “Dr. Arturo Oñativia”
Material de la
Cátedra de Ciencia Política.
Curso: 6 º
Año.
Prof. José
Ramón Astorga López
Auxiliar
docente: Juan Carlos Lorenzo
Año: 2.012
PODER,
AUTORIDAD Y LEGITIMIDAD
Según Giovanni Sartori, el gobierno es el lugar donde se toman decisiones, y a partir del cual se ejercen. El acuerdo tácito
en torno a que el gobierno es un espacio, un “locus” determinado, permite entenderlo como el centro desde el
cual se ejerce el poder. Desde la política, el gobierno es el espacio por
excelencia donde se desarrolla esta actividad, el ámbito sin el cual parece
difìcil pensar la dimensiòn propia de lo político.
El concepto de gobierno esta relacionado con las
nociones de poder, autoridad y
legitimidad. Régimen político alude
tanto al conjunto de las instituciones que regulan la lucha por el poder, como
a los valores que animan a tales instituciones; el régimen político implica una
síntesis entre poder y autoridad. Si bien el poder político es asociado
generalmente con el ejercicio de la coacción y con la capacidad de de ordenar y
de imponer sanciones respaldado por el monopolio legal de la fuerza, esta
lectura es insuficiente ya que no permite explicar los motivos que
contribuyen a que una sociedad política se mantenga unida, ni tampoco las
razones por las que sus miembros obedecen a las directivas de los que mandan.
Los procedimientos políticos no son únicamente
procedimientos de “poder”, ya que el vínculo de unión de las sociedades políticas
no radica en el mando, sino en algo muy distinto que puede designarse como obligación política. ¿Qué se entiende por obligación política?,
¿què es lo que hace que una socidad se mantenga unida y que el pueblo obedezca
las directivas de los que mandan? La
obligación política sólo puede comprenderse a la luz de otros dos conceptos,
con los que se encuentra estrechamente ligada: autoridad y legitimidad.
¿Qué
es el poder político? En primer lugar, es necesario aclarar què es
una acción social y qué tipo de acción social resulta tìpica de las relaciones
de poder. Max Weber ofrece la definiciòn más influyente de poder político
conectándola a su propia idea de lo que es
una acción teleológica o estratégica.
Weber define la
acciòn estratègica como aquella en la que el actor : 1) define el fin que quiere o le interesa alcanzar y
2) combina e instrumenta los medios
que son necesarios o eficientes en la consecuciòn de aquel fin. Al
tratarse de una acción social, el actor para la consecución de sus fines
ha de incidir sobre la voluntad y el comportamiento de otros actores. Y es asì
como se desemboca en la idea de poder.
El actor estratègico dispone los medios de tal forma que el resto de los
actores se comporten, por medio de amenazas o de la persuasiòn, de manera
favorable al éxito de su acción.
Weber define el poder como la posibilidad de que un
actor en una relación esté en disposición de llevar a cabo su propia voluntad,
pese a la resistencia de los otros, y sin que importe por el momento en qué
descanse esa posibilidad (en la persuasión,en la manipulación, en la fuerza, en
la coacción,etc.). El poder sería la posibilidad de obtener obediencia incluso
contra la resistencia de los demás.
En
tanto el poder impone y ordena, la autoridad apela .La autoridad sería el espacio institucionalizado
del poder y conduciría a una diferenciaciòn
ente gobernantes y gobernados, los que mandan y los que obedecen y asì se
produce la estabilizaciòn de determinados roles
y status en la sociedad. La autoridad hace referencia a la rutinización
de la obediencia y a su conexión con los valores y creencias que sirven de
apoyo al sistema político de que se trate.La autoridad se trata de una
“influencia” que deviene de una investidura espontánea, y se caracteriza por su capacidad para ser oída.
El poder y la autoridad son simétricos, ya que el
poder sin autoridad es opresivo o impotente, e inveresamente proporcionales, ya
que son dos caras de una misma moneda: cuando menor sea el alcance de la
autoridad, mayor deberá ser el poder y
viceversa. De este modo, la autoridad puede ser definida como una forma de
poder basada en el prestigio, la deferencia o la influencia moral, y deja de ser tal en la
medida en que intente imponerla por la fuerza.
Mientras el poder constituye simplemente una relación
de hecho e implica la poibilidad de controlar, mediante la capacidad de imponer
sanciones, las decisiones o acciones de las personas y los grupos sociales, la
autoridad implica una relaciòn legìtima
de dominio y de subordinación.
De este modo, al tratarse de una relación legítima, la desobediencia a los
imperativos de la autoridad puede ser castigada con sanciones; de ahì la
importancia del sistema jurídico para garantizar el ejercicio efectivo de la
autoridad.
En su anàlisis sobre el poder, Weber aceptaba que
toda autoridad polìtica descansaba en definitiva en la fuerza, pero simultàneamente advertìa que
esa fuerza debìa ser reconocida como legìtima, para que un règimen polìtico
pudiera funcionar: “A toda autèntica
relaciòn de poder corresponde un mìnimo de voluntad de obedecer, es decir,un
interès( interno o externo) de
obediencia.”
Esto nos lleva a preguntarnos , ¿qué es la legitimidad?; Weber sostiene que legìtimo es aquello que las
personas creen legítimo. La obediencia se obtiene sin recurso a la fuerza
cuando el mandato hace referncia a algún valor o creencia comunmente aceptado y
que forma parte del consenso del grupo. Por ello no extraña que los primeros
tipos de legitimidad que encontramos en la historia hagan referencia a los
valores religiosos de las comunidades; por ejemplo, la idea de origen divino de la autoridad, en la que se considera al rey o a un emperador como hijo de dios o algo similar, lo que supone que la
autoridad tiene un vínculo de sangre con el/los que ordenan el universo.
Max Weber distingue
tres tipos de autoridad legítima:
1)La
legitimidad tradicional: que apela a la creencia en la “santidad” o
corrección de las tradiciones inmemoriales de una comunidad como fundamento del
poder y la autoridad y que señala como gobiernos legítimos a aquellos que se
ejercen bajo el influjo de esos valores tradicionales (la legitimidad monárquica sería el ejemplo evidente de este tipo de
legitimidad).
2)La
legitimidad carismática:
que apela a la creencia en las
excepcionales cualidades de heroísmo o de carácter de una persona
individual y del orden normativo
revelado u ordenado por ella, considerando como dignos de obediencia los
mandatos procedentes de esa persona o ese orden (la autoridad de líderes y profetas
tan distintos como Gandhi, Mussolini,etc.).
3)La
legitimidad legal- racional: que apela a la creencia en la
legalidad y los procedimientos racionales como justificación del orden político
y considera dignos de obediencia a aquellos que han sido elevados a la
autoridad de acuerdo con esas reglas y esas leyes. De este modo, la obediencia
no se prestaría a personas concretas, sino a las leyes (cuando el liberalismo sostuvo la idea de “gobierno de las leyes, no de hombres”,
lo hizo siguiendo este tipo de legitimidad).
En el Estado moderno la legitimidad se basa en el derecho racional, el cual está
compuesto por un conjunto de normas provenientes del derecho romano; la existencia de este conjunto de normas hace
posible que se obedezcan las ordenaciones impersonales objetivas que son
legalmente establecidas, evitando la utilización de criterios arbitrarios en
base a las relaciones personales. Para Max Weber el tipo más puro de dominación
legal- racional es el que se ejerce a través de un cuerpo administrativo
burocrático.
Las
críticas: según Alberto Lettieri, la autoridad
carismàtica es intrínsecamente inestable, ya que la fuente y el agente de la
autoridad son idénticos, lo cual condiciona la duración a su éxito constante.
Todo fracaso de los agentes del sistema, significa un fracaso del sistema mismo,
ya que la legitimidad del régimen descansa sobre las acciones del jefe y de sus
agentes. Por consiguiente, resulta indispensable que, con el paso del tiempo,
este elemento carismático se reduzca lo más posible, acercándose a los otros
tipos de autoridad y que las cualidades del líder carismático tiendan a ser
transferidas a un texto constitucional, buscándose a través de esa operación
estabilizar y garantizar la reproducción pacífica del régimen.
La autoridad legal- racional también presenta
deficiencias: por ejemplo, el hecho de la reducción de la legitimidad a la pura
legalidad. Esto es, la legitimidad de una decisión o de una autoridad se
reducen a la creencia en el procedimiento (legal) con el que esta decisión se
adoptó, o esa autoridad se eligió. Nos hallamos ante una legitimidad de origen
puramente legal. Del mismo modo, la legitimidad de ejercicio de la autoridad en
cuestión, se reduce a su cumplimiento escrupuloso de la legalidad en el
ejercicio del poder.
Sin negar estos componentes centrales en cualquier
autoridad legítima en el contexto de los Estados democráticos y de derecho, no
es menos cierto que una visión tan estrecha de la legitimidad elimina cualquier
consideración sobre la legitimidad material (por ejemplo, en relación a la
justicia social o al interés común de los gobernados). Tampoco permite considerar ilegítima a una autoridad
que ha conseguido reconocimiento mediante la manipulación, a la que han dado
una apariencia de legalidad.
Pero es necesario señalar que inmediatamente después
de sostener que todo régimen político descansaba sobre una combinación de estos
tipos básicos, Weber puntualizó que estos tipos de autoridad eran modelos o
tipos-ideales, que no representaban ningún sistema existente en la realidad
histórica.
Para finalizar, la legitimidad del gobierno puede
analizarse también a partir de sus dimensiones. En primer lugar, la dimensión genética que está
relacionada con la forma en que los gobernantes acceden al poder. Los
gobernados prestan obediencia al reconocer como legítimos los medios de acceso
a los cargos de gobierno, por lo que aquí no interesa la naturaleza de los
mecanismos, sino su aprobación o no por parte de la sociedad. En segundo lugar, la legitimidad por resultados o de ejercicio, se encuentra
relacionada con la capacidad de tomar e implementar decisiones, con el nivel de
eficacia y eficiencia que un gobierno sea capaz de demostrar. Dos aspectos
centrales de este tipo de legitimidad: el grado de capacidad que un gobierno
tenga para dar respuestas satisfactorias a las demandas de la comunidad, y el
grado en que la sociedad perciba que no se violan sus valores básicos. En
tercer lugar, la dimensión ligada a la
legalidad, que guarda estrecha relación con el tipo puro de legitimidad
legal- racional que sostuvo Max Weber. Este tipo de legitimidad se expresa
jurídicamente. Por último, Deutsch
agrega otra dimensión denominada legitimidad
por representación. El consenso reside en la identificación de los representados
con sus representantes, y en tal sentido las decisiones adoptadas por estos
últimos serán vistas como propias y consecuentemente legítimas.
En resumen, la legitimidad se presenta como un concepto
relativo que suele cambiar conforme lo hacen los distintos contextos históricos.